07 marzo 2025

¡Qué mundo tan maravilloso!

 

Veo cielos azules y nubes blancas, el brillante y bendito día,

 la oscura y sagrada noche.

 

Parece que nos cuesta mucho trabajo ver la bondad y la belleza.

Lo bueno, la armonía nos hacen crecer y florecer, mientras que el miedo y lo negativo nos detienen y lastran. Quizá la peor consecuencia de lo no constructivo es que nos distrae de seguir nutriéndonos de todo lo bueno que además abunda. De hecho no hay bueno ni malo; son nuestras emociones las que clasifican todo y lo almacenan con un adjetivo o una descripción no intrínseca a ello.

Vemos las cosas según nuestros propios filtros y creencias.

En nuestra percepción nada parece estar libre de las etiquetas, de los filtros de nuestros dogmas, de nuestras carencias y de nuestros miedos; especialmente los del momento o los más recientes.

Muy diferente es abrirnos a percibir con la mente lo más vacía posible –loable y muy conveniente es ejercitar esto- para poder experimentar la esencia, la energía, la información que nos llega de cualquier cosa o situación; no la que previamente hemos colocado y preconcebido nosotros. Así podremos ver la maravilla en todo.

Louis Daniel Armstrong al cantar ¡Qué mundo tan maravilloso! nos legó un himno que nos hizo conscientes de la sencillez y hermosura del mundo desarrollado en paz y fraternidad.

 

Veo árboles verdes y rosas rojas,

los veo florecer para ti y para mí.

Y pienso ¡Qué mundo tan maravilloso!

 

Veo cielos azules y nubes blancas,

el brillante y bendito día, la oscura y sagrada noche.

Y pienso ¡Qué mundo tan maravilloso!

 

Los colores del arcoíris tan bonitos en el cielo,

también están en las caras de las personas que pasan.

Veo amigos dándose la mano y diciendo: ¿Cómo estás?

En verdad dicen: ¡Te quiero!

 

Oigo bebés llorar, los veo crecer,

aprenderán mucho más de lo que yo jamás sabré.

Y pienso ¡Qué mundo tan maravilloso!

 

Sí, pienso ¡Qué mundo tan maravilloso!

 

 

¿Cómo es el mundo que ves tú?

Y si no es un mundo tan maravilloso el que ves quizá te convenga reflexionar ¿por qué es como lo ves? Y puede ser una buena señal para buscar un nuevo lugar para ti en donde tu perspectiva del mundo sea mejor, y ahí sí puedas crecer y florecer. Recuerda no es el mundo que ves el real, lo que ves es tu propio mundo. Y tu mundo solamente está en tus manos, únicamente tú puedes hacer que sea maravilloso.

 

ÍÎÏР  Ë   ÑÒÓԝ

 

 

Autor: Fernando Jorge García Asomoza.

  

 

Tzakapu, Michoacan.