La vida es un continuo intercambio.
Desde antes de nuestro desembarco en esta maravillosa tierra ya comenzamos a jugar un cambalache sin fin de energías, percepciones, emociones, cosas y servicios; combinándolos para ser lo que a cada paso resulte de esa amalgama.
Sí, todo es intercambio y todo es negociación a todos los niveles –aunque esta sea inconsciente o subyacente-.
Nadie puede nada solo, aunque así le parezca o él así lo crea. Somos gregarios y más nos vale ir entendiendo bien esto, para maximizar sus ventajas y minimizar sobrellevando sus inconvenientes.
Damos por hecho muchas cosas sin caer en la cuenta de todo lo que en ellas interviene. Sin ser conscientes de los muchos factores, circunstancias y personas que en ellas intervienen. Y así vamos a comprar pan, ropa, materias primas, juguetes y todo lo que necesitamos o deseamos; sin reflexionar en todo lo que se ha combinado para que nosotros podamos obtenerlas en ese preciso momento y lugar.
Salvo en contados casos, no cultivamos nuestra propia comida, no confeccionamos nuestra ropa, no construimos nuestras casas, ni todos los edificios, muebles y aparatos que benefician nuestro diario vivir. Sencillamente damos por hecho que ahí están, que ahí deben estar a nuestro gusto o capricho. Mal la pasamos si no hay alguien que apoye el aseo y el higiénico bienestar en nuestra casa, taller o espacios públicos. Muy mal la pasamos si no pasa oportunamente el carretón de la basura. Sencillamente usamos nada más las cosas, sin mayor reflexión, nos sentamos en el retrete y al terminar jalamos la cadena; todo lo que está relacionado con el antes y el después de ese jalón de cadena no nos interesa y no ocupa espacio en nuestra mente. Está bien que así sea la mayor parte de las veces; pero esto nos instala en una rutina eterna al no cuestionar lo que hacemos y como lo hacemos.
¿A qué va esta reflexión? Esta reflexión busca llevarnos a considerar ¿Quiénes somos? ¿Cómo somos? y ¿Por qué somos como somos? Vivimos tiempos en donde es necesario saber ¿en qué tren vamos y a dónde nos lleva? La vida actual nos tiene hipnotizados, cuando no plenamente dormidos. Solamente respiramos, comemos, descomemos y mal dormimos; y esto ¡In aeternum!
Una vida plena, con autentico sentido y realización nos pide salir de la rutina y dirigir la vida desde nuestro propio ser. Gregarios sí, pero como una manada que aunque tenga lideres no carga lastre de seres inconscientes de su realidad y su momento.
Se nos educó con mentiras y muchos falsos supuestos para manejarnos fácilmente y ese nefasto trabajo ha tenido un magnífico resultado. Hasta hace muy poco nos hemos venido comportando como un gigantesco rebaño universal siguiendo a contados pastores. ¡Esto es muy triste, grave y peligroso en extremo! No es poca la gente que ya parece despertar de este inducido letargo, pero abrumada ante la realidad que encuentra aún está paralizada.
Debemos lograr un trueque simultáneo de cosas y servicios. Tomando como base el viejo juego del Toma y daca; Todos ponemos todo y todos tomamos todo.
Saber que todo tiene solución no es optimismo, es talento.
ÍÎÏÐ Ë ÑÒÓÔ
Autor: Fernando Jorge García Asomoza.
Tzakapu, Michoacan.