Todo es una travesía interior
He caminado toda mi vida como un sincero buscador.
He querido encontrar la razón y el sentido de porque estoy aquí y todo es como yo lo percibo.
Nada fácil ha sido ser fiel a esa búsqueda, pues he tenido la compañía de emociones que me invitaban a abandonarla, sentimientos que me decían ya no busques... No te compliques la vida. Sólo haz lo que se espera que debes hacer; y esto me revelaba profundamente pues mi alma en busca de sentido me decía en tono más fuerte aún: ¡Busca! Encuentra el sentido de estar aquí; de ser quien eres. Muchas más cosas me pedía mi alma.
No fueron los anteriores tiempos fáciles, ¡no para nada lo fueron!
Quizá ese era el nudo más grande a deshacer. El buscar encontrar sentido al sinsentido.
Continúe fiel a mi búsqueda.
Muchas cosas -demasiadas- han aparecido en el camino.
De repente en ese sinuoso sendero tal cual un rally enigmático iba yo encontrando perlas, verdaderas joyas y las tomaba admirándolas, deleitándome en su destello y su luz. Fui feliz en esos momentos, la búsqueda había tenido sentido y razón.
Pero la búsqueda no se acabó ahí, continuaba, parecía ser eterna y así decidí entenderla.
Vi que los manuales aprendidos -perversamente puestos en el camino- trataban de alejarme de la búsqueda, pretendían hacerme desistir o darme falsamente el sentido de todo. Pero nada de eso me dejó saciada esa sed y hambre de búsqueda. Aún no tenía todo lo que yo quería encontrar, lo que para mí era necesario descubrir.
En mi caminar llegué a claros del bosque que me dieron paz y descanso.
Una maravillosa paz y una profunda alegría comenzaron a visitarme y a ser mis compañeras habituales. ¡Me cantaban y me hacían reír!
Me di cuenta de muchas cosas, demasiadas.
Me di cuenta de que el universo entero está en mi interior, que fuera sólo están las manifestaciones de ese mi mundo interior.
Comencé a soltar la gran cantidad de mochilas con avíos y pertrechos que yo cargaba y que me esforzaba por llevar como seguridades en este singular camino de búsqueda. Me volví muy ligero, ligerísimo de equipaje. Hasta que comencé a viajar desnudo.
En esta última etapa muchas revelaciones y descubrimientos llegaron fácilmente.
No puede transmitirse la totalidad de la experiencia vivida, está sólo puede ser experimentada.
Pero te invito a buscar lo que tú alma te grita o te canta sin desfallecer.
Hoy mi ser viaja feliz sin las angustias de buscar lo que sabe que en esencia ya encontró.
¿Te imaginas saber -ser consciente- que en verdad tienes todo y siempre lo has tenido?
“El único viaje es el viaje interior”
Rainer María Rilke
ÍÎÏÐ Ë ÑÒÓÔ
Autor: Fernando Jorge García Asomoza.
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